jueves, 13 de junio de 2024

Día #0: Bilbao - Sofia - Iglesia BOYANA - SAPAREVA BANYA

¿Alguna manera de librarse del clásico madrugón? Pues cogiendo un vuelo más tardío pensaréis. Ya, pero entonces no aprovechas nada el día. Y eso queríamos hacer. Escala en Frankfurt para llegar a Sofia a las 14.00 hora local (aquí es 1 hora más).


Recordaros que esto es Europa, así que nada de control de pasaportes, todo muy fluido. Recoger las mochilas (gracias Luismi) y a por el coche de alquiler.


Ponemos rumbo a las afueras de la capital, en la cercanía de las montañas Vitosha, para visitar una de las joyas del país (a esto se le llama empezar fuerte el viaje!). La Iglesia de Boyana es un templo ortodoxo en cuyo interior se esconden unos frescos impresionantes declarados Patrimonio Mundial.




Se trata de una de las muestras de pintura medieval mejor conservada de la Europa oriental. Aunque su exterior es muy sobrio, es en su interior donde reside la belleza. Las 89 escenas con 240 figuras humanas, obra de artistas de la escuela de Tarnovo (siendo el único y más impresionante monumento totalmente conservado de esta escuela de pintura), reproducen diferentes escenas de la vida de Jesucristo y de la historia de Bulgaria. Solo te permiten estar 10’ dentro (y no dejan sacar fotos, así que estas son de archivo). 


Desde aquí, con nuestro C3, queríamos ver un edificio extravagante que se asemeja a un caracol. Pintada en remolinos de rojo, naranja, verde, azul y marrón, la Casa del Caracol tiene 5 pisos y se dice que no tiene paredes, esquinas ni bordes rectos.



Abandonamos los alrededores de Sofia para acercarnos a las Montañas de Rila, enclavadas en el macizo más elevado tanto de Bulgaria como de todos los Balcanes. Hemos hecho base en el pueblo de SAPAREVA BANYA (popular por sus aguas minerales, con manantiales de hasta 103°C). Aquí está el único géiser de la Península Balcánica (vaya cómo olía a huevo podrido!).

Es el típico pueblo al pie de las montañas (¿esto no era una canción?), con casas individuales, aspecto rural, y donde se respira una tranquilidad absoluta, solo rota por el viento soplando sobre los pinos.






De este pueblo sale la carretera de montaña que nos llevará mañana a Panichishte, a hacer una ruta de senderismo, siempre y cuando el tiempo nos lo permita. 

Agotados por el madrugón, y en previsión de lo que nos espera mañana, nos hemos retirado pronto a descansar.

Seguiremos informando.

1 comentario:

  1. Hola chicos, un poco de todo el primer día. Singular y extravagante la casita del caracol.
    Besitos

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