lunes, 24 de junio de 2024

Día #11: Obzor - Varna - Kamchya

Primer día en la costa búlgara y desde Obzor nos hemos acercado a VARNA, la tercera ciudad más grande del país. El objetivo era dar un paseo tranquilo antes de dirigirnos a una de sus playas.

En el centro histórico había OTA/ORA, aunque lo complicado era saber cómo pagar para un par de horas (porque no hay máquinas)…

Le hemos preguntado a una chica que muy amablemente y en un inglés perfecto nos ha ayudado a descifrar cómo hacerlo (que si un SMS, bajar una app…). En esas estábamos justo al lado del coche, cuando sin darnos cuenta ninguno de los tres ¡¡¡nos han cascado un cepo!!! Hemos intentado (bueno, la chica en búlgaro) hacerles ver que estábamos allí mismo enviando SMSs, bajando la aplicación… pero la ‘vaca-burra’ (así llamamos nosotros a esas mujeres serias, antipáticas de Europa del este) no se ha bajado del carro y hemos tenido que pagar la correspondiente multa. La verdad es que la chica (estudiante de medicina, de un pueblo del interior del país), lo estaba pasando súper mal, estaba avergonzada del trato y la intransigencia de los funcionarios… y hasta nos pedía perdón. Pero si incluso nos ha pagado los 1,5€ que costaban las 3 horas de parking.

Para que veas Mikel, que para una vez que me decido a pagar por aparcar…🤣

En fin, tras el pequeño disgusto (¿qué hubiera pasado si no damos con esta chica que nos ha ayudado a entender qué estaba ocurriendo?), un breve paseo por esta ciudad (que desde hoy nos ‘cae mal’). Una iglesia, una calle peatonal con algún que otro edificio significativo (como la ópera) y la zona de la playa han dado para esas 3 horas de aparcamiento…













Bueno y una parada para resetear y coger fuerzas…



Algunas de las playas búlgaras, las más urbanas, están petadas de hamacas y sombrillas, un plan que para nada nos gusta…


Afortunadamente, hay muchos lugares, alejados de los pueblos y ciudades, a los que acercarse y que están en plena naturaleza. Como la Reserva de KAMCHIA, una zona espectacular, combinación perfecta de mar, río y bosques profundos. La playa es bastante amplia, con arenas finas, aguas limpias y calientes y ¡muchos perretes! Una playa de las que nos gustan.






Un bañito, comer y siesta al sol. La temperatura es muy buena, unos 30°C. Así que un plan perfecto para el resto del día. 


Hemos vuelto a Obzor, nuestra base de operaciones en la costa, una ducha y un paseo por el pueblecito, junto a la playa (curioso el invento que tienen para cambiarte de bañador!).







***Por cierto, aprovechamos que el post de hoy no tiene mucha chicha (más allá de la anécdota del cepo), para compartir otra costumbre de esta gente. Desde que llegamos a Bulgaria nos parecía que fumaban como carreteros. Pues no estábamos locos porque según Eurostat, los búlgaros son los fumadores más empedernidos de la UE, con el 28%. El tabaco es barato y cuesta menos de la mitad del precio que en cualquier otro país europeo y empiezan a fumar desde muy jóvenes. Viniendo de un país donde te has acostumbrado a no oler a tabaco, se nos hace difícil a veces estar cenando en una terraza y que todo el mundo a tu alrededor esté dale que te dale con los cigarrillos. Pero es lo que hay. 

Seguiremos informando.

2 comentarios:

  1. Hola chicos , después de la experiencia con el cepo, Rober va ha seguir buscando alternativas gratis al aparcamiento, haciendo oídos sordos a las " recomendaciones" habituales de Mikel. Ja ja ja.
    P.D .Menos mal que os habéis encontrado con una ciudadana búlgara amable y generosa, que suaviza la imagen de sus vecinos.
    Besitos.

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  2. Pues la anécdota ha hecho el post interesante 😉 Que gustito esas siestas!!

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