jueves, 27 de junio de 2024

Día #14: Obzor - Sofia I

Con mucha pena decíamos adiós a nuestro apartamento Sunny junto a la playa, donde hemos pasado unos días muy tranquilos.

Hoy tocaba madrugón para atravesar el país de punta a punta, esto es, desde el Mar Negro hasta SOFIA. Cuatro horas y media para llegar a devolver el coche de alquiler que, cepo aparte, nos ha permitido recorrer más de 2.300 kilómetros por tierras búlgaras (sin ningún contratiempo).

El metro nos ha llevado al centro (por cierto, curiosa forma tienen aquí de evitar sustos en forma de caídas a las vías, protegiendo con una especie de malla o persiana metálica…)




…hasta nuestro último apartamento del viaje que está súper bien y muy bien localizado, aunque por fuera…




Hemos descansado un rato, comido algo y, de nuevo, a la calle, a empezar a explorar la capital de este país tan sorprendente. Siendo como es Bulgaria un país rico en historia, cultura, arquitectura, religión y tradiciones, hay quien no destaca los atractivos de su capital, cuya visita limita o reduce a un solo día. Alejada en el pasado de los grandes tours de viajeros que buscaban un turismo monumental en ciudades como Viena, Varsovia, Bucarest o Bratislavia. Nosotros hemos optado por quedarnos hasta el domingo.

Anuncian tormentas a lo largo de la tarde, así que llevamos chubasqueros y paraguas con nosotros por lo que pueda ocurrir. En cuestión de pocos minutos estábamos en el parque del Palacio Nacional de la Cultura, sede de congresos, de sobrio estilo soviético.





Desde aquí hemos tomado el Boulevard Vitosha, una calle peatonal que es la calle más animada de Sofía, con comercios, restaurantes, tiendas y bares. Las calles adyacentes también presentan esa mezcla de pequeñas tiendas, cafeterías y restaurantes.













La parada para comer ha sido uno de los hits gastronómicos del viaje: THE SANDO SHOP. Hace años que estuvimos en Japón y nos gusta mucho la cocina japonesa, habiendo comido en bastantes restaurantes japoneses tanto en España como en otras partes del mundo (‘sushi', 'sashimi', 'ramen', ‘tempura’, ‘domburi’…)… pero nunca habíamos oído hablar de los ‘sando’, o sándwiches japoneses que se sirven entre dos rebanadas tostadas de pan de molde de leche. Hemos probado el de pollo con ensalada de col y salsa tonkatsu; y otro de panceta de cerdo glaseada con teriyaki y cocinada a baja temperatura, salsa kimchi y mayonesa de miso. Ambos sándwiches han hecho que nuestra idea de comida nipona vuele por los aires. Simplemente: salivando!!!



Seguimos paseando para bajar la comida. El ir y venir de los tranvías…




…nos ha llevado a caminar entre calles, plazas, parques…






…viendo a los niños jugar (hemos de decir que en Bulgaria no hemos visto ese apego a los móviles que tienen niños y adolescentes en España)…

…hemos llegado al Puente de las Águilas , uno de los primeros puentes construidos en Sofía después de la Liberación.


El cansancio va haciendo mella en nosotros, por lo que optamos por regresar al apartamento, viendo muchos edificios soviéticos, iglesias, museos…

Esta ciudad tiene muuuucho para ver… pero necesitamos estar descansados para sacarle el provecho que se merece. Y eso será mañana. 

Por cierto, ha sido entrar en el alojamiento y empezar la tormenta… a eso se le llama suerte!

Seguiremos informando.

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